LAS OPORTUNIDADES QUE HA BRINDADO LA SENTENCIA DEL TC A LA INSTITUCIONALIZAD DEL PAÍS.
http://www.notamedin.net/2013/10/las-oportunidades-que-ha-brindado-la.html
Por Balbueno Medina
Lic. Balbueno Medina
A pesar del encarnizado y descomunal debate que ha abierto en
la sociedad dominicana, la sentencia 0168-13 del Tribunal Constitucional (TC),
le ha dado la oportunidad a la Republica Dominicana de organizarse,
institucionalizarse y tomar un rumbo diferente al que llevaba antes de la
misma, en materia migratoria.
Por más de cinco décadas, nuestro país había adolecido de una política migratoria
coherente y definida, dirigida a regularizar y a organizar el status de los
extranjeros que entran y salen del territorio nacional, sin que se conozca el número
de ellos ni mucho menos a que se dedican, una vez se encuentran aquí.
Pese a que en el año 2004
fue aprobada la ley general de migración 285-04, no fue hasta hace poco que el
Ministerio de Interior y Policía y la Dirección General de Migración aprobaron
su reglamento de aplicación y producto de las contradicciones y los intereses
que envuelven a muchos sectores, tampoco se ha podido aplicar.
Sin embargo, la sentencia
del Tribunal Constitucional, ha venido a poner al país en un debate que nos
obligará a resolver la problemática que en materia Migratoria hemos ido
posponiendo por temor a afectar los intereses de sectores económicos, sociales
y políticos que inciden en la nación.
Hay quienes han planteado
diferentes alternativas como fórmulas para resolver el impasse que se ha
presentado con miles de descendientes de haitianos nacidos en territorio
dominicano en aras de buscarle un acomodo a la decisión tomada por el TC, pero también
hay quienes se oponen a esos planteamientos, porque les conviene mantener el
debate y de esa forma justificar su existencia.
La situación ha sido más
compleja de lo que imaginan los afectados y los dominicanos comunes y
corrientes, quienes observan desde los balcones los debates que se producen en
los medios de comunicación y en las redes sociales entre quienes defienden los
intereses de un lado y del otro, ya que al final y al cabo lo que se persigue
es ganar una batalla en la cual prevalezca las razones de un sector sobre el
contrario.
Ante esta disyuntiva lo
primero que debemos procurar es aprovechar la oportunidad que la sentencia del
TC, nos ha dado de organizar la casa y establecer las reglas del juego claras
para que a partir de ahora, todo extranjero que pise suelo dominicano lo haga
en base al cumplimiento de nuestras leyes y a la constitución.
Todos los países del mundo
tienen sus reglamentaciones para acoger a cualquier visitante de todas partes
del mundo y la Republica Dominicana no puede ser la excepción, porque de lo
contrario seguiremos siendo un paraíso que dará posada a los cientos de
delincuentes que han utilizado nuestro territorio para esconderse de la persecución
judicial de sus naciones de origen, como ha ocurrido en distintos puntos de
nuestra geografía nacional.
Debemos ver la sentencia del
Tribunal Constitucional como una oportunidad para corregir todo lo malo que
hemos venido haciendo durante estos últimos 50 años de vida Republicana y a
partir de ella trazarnos unas metas, unos códigos y unas políticas de Estado
que nos permitan ganarnos el respeto e igualarnos a los países que antes que nosotros
lo han hecho con responsabilidad y coraje como forma de preservar su
independencia.
Como lo humano no es
perfecto y por lo tanto esa sentencia también podría tener visos de imperfección
y como se ha dicho que con ella se han vulnerado los derechos adquiridos de
descendientes de haitianos nacidos en el país, vendría bien corregir cualquier
anormalidad cometida sobre ese particular, opero jamás convendría otorgar una amnistía
general a todos los hijos de ilegales o de personas que han estado de tránsito
en la Republica Dominicana, porque de esa manera el espíritu de la misma se perdería por completo y volveríamos
a cero.
Mientras tanto aguardamos
porque el gobierno y el empresariado por fin logren ponerse de acuerdo sobre la
aplicación del reglamento de Migración que fue aprobado por las partes para que
al fin y al cabo comencemos por organizarnos como país.
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