LOS SORTEOS DE OBRAS GUBERNAMENTALES.
http://www.notamedin.net/2013/01/los-sorteos-de-obras-gubernamentales.html
Por Balbueno Medina
Una de las medidas que le ha reportado mayor simpatía a la gestión
gubernamental del presidente Danilo
Medina, ha sido la de otorgar mediante concurso público el levantamientos de
las obras que construirá su gobierno en toda la geografía nacional durante el
presente cuatreño.
Quienes más han celebrado esta disposición, que debió ser una
norma de todos los gobiernos que antecedieron al presidente Medina, han sido
los pequeños contratistas e ingenieros que nunca pudieron ganar un concurso de
una de las obras que se otorgaban en el pasado, porque nunca pudieron reunir
los requisitos que se establecían para poder obtener ese privilegio.
La democratización que representa, no solamente la entrega de
las obras mediante concurso público, sino también que los profesionales de la construcción
que viven en determinadas zonas sean los primeros en ser favorecidos con el
otorgamiento de las mismas, es de por sí una conquista que se debe mantener a
partir ahora, sin importar qué gobierno dirija los destinos del país.
Asimismo, como ha generado tantas simpatías y altos
reconocimientos a la gestión del presidente Medina, no debemos olvidar, ni
mucho menos ignorar que esa medida ha provocado muchos disgustos y enfados
entre influyentes sectores económicos de la República Dominicana que en los últimos
años se habían vinculado al sector de la construcción porque para ellos esa
actividad les era más rentable que las que tradicionalmente realizaban.
En esas manos, eran concentradas más del 90 por ciento de las
obras gubernamentales que se ejecutaban en toda la geografía nacional, porque
los sorteos y concursos que se realizaban en las dependencias del Estado que
otorgaban esas construcciones estaban diseñados para que solo ellos pudieran
salir triunfantes ante los pequeños empresarios de la construcción y los
ingenieros contratistas del Colegio Dominicano de Ingenieros Arquitectos y Agrimensores,
CODIA.
En esa embestida fatal e inhumana, también salieron del
mercado inmobiliario y de la construcción, los maestros contratistas quienes
tuvieron que disolver sus pequeñas compañías y vender sus herramientas de
trabajo, porque jamás volvieron a ser favorecidos con los concursos del
gobierno.
A ese sector empresarial de nuevo cuño en el negocio de la
construcción se agregaron las multinacionales de origen Brasileño o Brasilero,
como mejor nos convenga pronunciar, ODEBRECHT y Andrade y Gutiérrez, a las cuales
se les otorgaron las más ambiciosas obras del Estado dominicano por las
condiciones que imponía el Banco de Desenvolvimiento Económico y Social de ese país
para que se les conceda la exclusividad de las mismas.
Esa concentración de las grandes obras gubernamentales entre
estos dos grandes grupos, no solamente afectó durante estos últimos años a los
pequeños y medianos constructores y a los afiliados al CODIA, sino que también
disminuyo el ritmo de crecimiento de la economía nacional, porque redujo el
circulante entre una gran masa de profesionales de la construcción y la creación de nuevos empleos
que pudieron haber contribuido a una mayor dinamización de ese sector.
Por esa situación el presidente Danilo Medina, debe estar consciente del reto que representa el rompimiento con ese
esquema excluyente e inhumano para su gestión gubernamental, porque de seguro
que muchos de ellos no se quedaran de manos cruzadas y no desaprovecharan
cualquier pequeño disgusto de la población para vengárselas o crearle cualquier
malestar político, dentro o fuera del PLD.
Mucho menos, se debe obviar u olvidar que en los últimos años
ese sector del empresariado de la construcción, ha sido el que mayor
contribución económica ha hecho a los candidatos presidenciales de los
principales partidos políticos en los últimos años, por lo que en cada parcela política
han dejado sus tentáculos y que una vez lo requieran pudiera mover.
La mano larga y poderosa de quienes han perdido la inversión principal
del Estado dominicano, no se descarta que pueda llegar hasta el extremo de
desacreditar los concursos y sorteos que se han aperturado en todo el
territorio nacional con el objetivo de lograr el disgusto o el desaliento del
primer ejecutivo de la nación para que desista de esta modalidad que
beneficiará a la mayoría del pueblo dominicano.
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