EL PROCESO DE DESDOMINICANIZACION EMPRESARIAL HA REDUCIDO LA CANTIDAD Y LA CALIDAD DEL EMPLEO EN EL PAÍS.
http://www.notamedin.net/2013/09/el-proceso-de-desdominicanizacion.html
Por Balbueno Medina
Lic. Balbueno Medina
En momentos en que
todas partes del mundo se apuesta y se aboga por que mejoren y se incrementen
los puestos de trabajo de calidad como respuesta a la crisis global que nos
afecta, en la República Dominicana conforme las estadísticas hemos ido
descendiendo en ambos aspectos fundamentales para el desarrollo nacional.
En los últimos años la
informalidad y la baja calidad del empleo han campeado en el mercado laboral y económico
de nuestro país y eso ha sido motivo de preocupación de las autoridades y
fundamentalmente del presidente de la República Danilo Medina, quien se ha
quejado de los bajos salarios que devengan nuestros trabajadores.
De frente tenemos un
incipiente mercado inmobiliario impulsado por la ley de fideicomiso y el uso de
los Fondos de Pensiones de los Trabajadores al cual pretenden acceder una gran
cantidad de empresas y profesionales del sector de la Construcción, que no previendo
el riesgo que representa el tomar prestados esos recursos se afanan por competir
en desarrollar proyectos que en el futuro podrían convertirse en dolor de cabeza para
todos.
Valdría la pena
reflexionar en torno a la crisis inmobiliaria que afectó a los Estados Unidos,
entre 2007 y 2008, producto de que a quienes se les otorgaron préstamos para la
adquisición de viviendas no pudieron cumplir con las obligaciones de pago
impuestas por los bancos, debido a los bajos salarios que percibían y eso
produjo la hecatombe económica que todos conocemos y padecimos.
Esa es la misma
realidad que vive hoy la República Dominicana de incursionar de manera decisiva
en la Construcción masiva de viviendas, sin mejorar las condiciones salariales
y de trabajo de quienes motorizan la economía nacional, que son los
trabajadores que sirven al Estado y al sector privado, cuyo poder adquisitivo
no se encuentra a las alturas de las ofertadas inmobiliarias que se han
planteado.
Sin embargo, ese desalentador
panorama que se registra en el campo laboral dominicano tiene varios orígenes
que se fundamentan en el modelo económico cuasi esclavista que se ha implantado
en el país y que hasta el momento no ha podido ser roto por ningún gobierno, a
pesar de lo consciente que han dicho estar los presidentes de lo nocivo que ha
sido para el desarrollo de las familias y la nación.
Se trata de una añeja
mentalidad que se apoderó hace muchos años de una parte de la cúpula empresarial
dominicana que no entendió la importancia y necesidad que representa el capital
humano, no solo para el desarrollo de la familia y la economía nacional, sino también
para la eficiencia de la producción y el crecimiento de la empresa.
Por esa razón, vimos
que en principio cuando en la República Dominicana comenzaron hacer su presencia
las empresas transnacionales, los trabajadores criollos se esforzaban por
conseguir puestos de trabajo en las empresas recientemente instaladas o en las
adquiridas por esos consorcios, debido a las marcadas diferencias salariales y
condiciones laborales que las mismas proveían al trabajador.
Hoy día esa situación
ha cambiado y muy por el contrario, las pocas empresas de factura nacional que
se encuentran sirviendo al mercado laboral nativo están ofreciendo mejores
condiciones salariales y laborales a los trabajadores dominicanos que la mayoría
de las transnacionales.
Los estudios más
recientes que se han hecho sobre las preferencias laborales en la República Dominicana apuntan a que la mayoría de los trabajadores de nuestro país prefieren
trabajar en instituciones criollas como el Banco Popular Dominicana o en
cualquiera de sus filiales y en algunas universidades privadas de la nación y
no en ciertas empresas transnacionales donde cada año se recortan los
beneficios a marginales y derechos laborales a sus servidores.
Eso ha sido posible, no
a las políticas originales de las empresas multinacionales, pero sí al
asesoramiento que han recibido sus ejecutivos principales de expertos y
empresarios dominicanos que se dedican a este tipo de orientaciones que en
definitiva lo que persigue es aumentar las ganancias del inversionista y la
miseria del trabajador y del pueblo dominicano.
Mientras tanto, nadie
se ha percatado del rumbo que llevan nuestras empresas y el mercado laboral
dominicano y han ignorado que conforme pasa el tiempo seguimos perdiendo
terreno en ambos campos, porque son muy pocas las empresas de cuño dominicano
las que nos están quedando para recuperar el tiempo perdido.
Basta con señalar que
hasta el momento han desaparecido las empresas líderes y simbólicas del
dominicanismo del mercado laboral criollo como fueron: Cervecería Nacional
Dominicana, Embotelladora Dominicana, Compañía Dominicana de Teléfonos,
Telepuerto San Isidro (TRICOM), Brugal y Compañía, entre otras que han
contribuido, no solo a la pérdida de empleos, sido a la reducción de calidad y
productividad de nuestro país.
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