Una decisión sin vuelta atrás

Por Balbueno Medina 

Lic. Balbueno Medina 

(Periodista)

La medida adoptada por el gobierno de retirar el subsidio de combustibles a los transportistas de pasajeros y de carga, al parecer no tiene marcha atrás, debido a que ese ahorro que se hará el Estado dominicano irá destinado a sectores tan fundamentales para el desarrollo nacional como son la educación y la salud publica del país.

Las razones que se arguyeron para tomar esa decisión fueron, entre otras cosas, las de que la población no se estaba beneficiando con ese subsidio porque el mismo no le llegaba a los transportistas que debían transferirlo a los consumidores finales.

Lo cierto es que la función de un gobierno que se preocupe por el estado de bienestar de la población que gobierna, merece el reconocimiento y el apoyo  de todos sus gobernados, y por esa razón es que la mayoría de los dominicanos han valorado como justa y positiva la disposición de quitar un subsidio que en el camino se desviaba hacia otro destino diferente al que se destinó.

El gobierno del presidente Danilo Medina, debería seguir tomando ejemplos como ese que beneficien a las grandes mayorías de dominicanos, porque contribuirán a reducir la brecha entre aquellos que valiéndose del poder que ostentan se han enriquecido con las exenciones del Estado y los que se empobrecen cada vez más por las carencias de los gobiernos de poder combatir la pobreza en que se encuentran esos sectores.

Como se han pronunciado empresarios, políticos y hasta los propios transportistas afectados, ojalá que el gobierno disponga un retiro generalizado del subsidio de los combustibles a todas las partes que se benefician de el y que las demás exenciones que existen sean revisadas para que el Estado dominicano se pueda ahorrar  los recursos que les permitan hacer frente a una serie de compromisos que tiene y que lo mantienen al borde de aprobar otra reforma fiscal.

Todos sabemos que hace muchos años el Estado dominicano ha estado soportando las exenciones que ha otorgado a diferentes grupos empresariales, como forma de garantizar la competitividad y la productividad de las empresas, pero muchas de esas exenciones jugaron su rol a favor de esas instituciones y en estos momentos solo dejan jugosas ganancias a quienes fueron favorecidas con ellas, por lo que es hora de que el gobierno haga uso de las mismas para destinar sus recursos a enfrentar otros males que confronta el país.

La población dominicana no está en condiciones de soportar en estos momentos una nueva reforma fiscal y por lo tanto lo que se impone es de que el gobierno recoja los recursos que necesita para equilibrar el presupuesto del 2017, de los sectores que aun siendo poderosos y generadores de grandes riquezas vienen recibiendo desde hace años los beneficios que el Estado les ha proveído a través de las exenciones que reciben por diferentes vías.

Mientras eso sucede el gobierno también debe adoptar medidas que permitan mejorar las condiciones de salud y bienestar de la población, mediante de mejorías salariales que le permitan a los trabajadores públicos y privados mejorar sus ingresos porque su poder adquisitivo actual no les permite vivir como seres humanos dignos.

Por esa razón apelamos a la buena conciencia y al raciocinio de quienes todavía se están beneficiando de las exenciones del Estado y que ya no las necesitan para garantizar la productividad y competitividad de sus empresas, para que las devuelvan y de esa manera le permitan al gobierno utilizarlas provechosamente en beneficio de los sectores que las necesiten en estos momentos en que faltan recursos para cumplir con las obligaciones publicas.

Ahora es cuando los que ostentan las exenciones del Estado dominicano, deben mostrar su verdadera vocación de servicio y amor por la patria, poniendo a disposición del gobierno todo lo que él les facilitó en el momento en que lo necesitaban, porque en este momento es el Estado que necesita la colaboración y cooperación del empresariado que fue beneficiado con esos subsidios para no seguir hipotecando el patrimonio de todos.