CONTRA LOS CHANTAJISTAS Y EN DEFENSA DEL PERIODISMO

http://www.notamedin.net/2017/03/contra-los-chantajistas-y-en-defensa.html
Por Balbueno Medina
Lic. Balbueno Medina
Lamentablemente el ejercicio periodístico dominicano está viviendo una de
sus etapas más críticas, debido a los antivalores que han copado los diferentes
medios de comunicación, alentados por sectores que han decidido anteponer sus
intereses al bien colectivo.
Contrario a la mística y a los principios que enarbolaron los periodistas
de las generaciones del 70, los 80 y unos pocos de los 90, donde el ejercicio
del periodismo era visto como un sacerdocio apegado a los más elementales cánones
éticos, humanos y morales, hoy día vemos acciones en los medios de comunicación
que lucen ser vergüenza y una afrenta para
todos los que hemos sido formados en el área.
Todas las leyes y principios que fundamentan el ejercicio periodístico en
la Republica Dominicana, han sido violados flagrantemente por los llamados
comunicadores, que no son comunicadores nada, sino desinformadores al servicio
de los intereses que les pagan para que les mantengan sus nombres vivos en los
medios de comunicación, en perjuicio de la gran población que vive confundida por los antivalores que se
proyectan en la radio, la televisión y en los medios impresos y digitales.
Y como si eso fuera poco, lo más lamentable es que a esos llamados
comunicadores, se les facilitan los espacios de televisión, de radio y de
algunos periódicos impresos y digitales, porque quienes los promueven son
funcionarios y dirigentes políticos que les gestionan esas participaciones para
que les defienda sus intereses particulares.
A través de esas, también denominadas bocinas, los sectores interesados
acostumbran a chantajear a sus competidores políticos o empresariales y por esa
razón es que en los últimos años hemos visto que cómo han llovido los
sometimientos de muchos de estos a los tribunales por difamación e injuria,
debido a que no tienen ningún miramiento a la hora de defender los intereses de
quienes les pagan para dañar las honras de otras personas.
Lo más preocupante es que en esa maraña han caído algunos periodistas que
han recibido formación académica en nuestras universidades nacionales,
arrastrados por la ambición al dinero y las oportunidades que los comunicadores
por paga e improvisados les han quitado en el mercado de trabajo.
Lo cierto es que no vemos, por el momento la posibilidad de que esa situación
se corrija, y muy por el contrario hemos observado que cada día son más los
periodistas formados ética y académicamente hablando, los que son desplazados
por las bocinas que con frecuencia nos desinforman.
Es evidente que el compromiso social que existía en el periodista de vocación y formado en nuestras
Escuelas de Comunicación Social con la sociedad dominicana ha desaparecido
considerablemente, pero todavía estamos a tiempo de rescatar algo de lo perdido
si juntos el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y los dueños de medios de comunicación
lograran impulsar el Código de la Comunicación que establezca una mejor regulación
de los medios en nuestro país.
No podemos dejar que la comunicación nacional termine por ser contaminada
por los intereses de sectores empresariales y políticos que lo único que persiguen
es su beneficio particular, sin tomar en cuenta el rumbo que lleva la sociedad
dominicana, que por el alto nivel de confusión creado por los desinformadores
ha perdido su norte de cara al futuro.
Esa situación que ha desacreditado el ejercicio del periodismo dominicano
y de la cual nos sentimos altamente preocupados, porque nadie ha dado
notaciones de querer enfrentar, no debe seguir y si el CDP no asume la bandera
de defensa por rescatar lo que en una época nos hizo fuertes ante la sociedad
dominicana, nosotros aprovecharemos estos canales para seguir demandando que
cese esa práctica que acabara con todos los que hemos abrazado esta profesión,
por vocación, servicio y transparencia.
Ojala que los funcionarios del gobierno, empresarios y dirigentes políticos,
en vez de estar patrocinando y promoviendo las lacras que han copado nuestros
medios de comunicación y que amenazan con hacer desaparecer definitivamente la
clase auténticamente periodística del país, reflexionen y vean hacia el futuro
el caos que sería la Republica Dominicana sin la presencia de una prensa creíble
y desvestida de los intereses particulares de quienes han decidido anteponer
sus beneficios al fin colectivo.
Si queremos una sociedad justa y una prensa al servicio de todos, debemos
promover el periodismo responsable, ético y especializado para que todos nos
sintamos seguros de que lo que se informa a través de los medios de comunicación
es lo real y eso solamente es posible apoyando el talento genuino del
periodista que por su trayectoria ha demostrado apego a la ética y a la moral,
sin doblegarse a los intereses espurios.
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