Consenso para una Seguridad Social real

http://www.notamedin.net/2020/01/consenso-por-una-seguridad-social-real.html
Por Balbueno Medina
Misentir
Misentir
Licdo. Bañbiemo Medina
Ha sido lamentable para la sociedad dominicana, que hasta el
momento los diferentes sectores del país, no hayan llegado a un acuerdo
definitivo para poner fin a la incertidumbre que vive la población con relación
a las deficiencias de la Ley 87-01, que creo el Sistema Dominicano de Seguridad
Social.
Pese a la obsolescencia de la legislación, a los precarios
servicios que reciben los afiliados a los distintos regímenes de la Seguridad
Social, no hemos observado el interés de sectores que se benefician grandemente
de la aplicación de la Ley 87-01, de ceder parte de sus pingues ganancias a
favor del pueblo que se esfuerza y sacrifica por mantener un sistema que le
garantice un futuro mejor; una Seguridad Social real y funcional.
Para nadie es un secreto el descontento que sufre la
población dominicana con las prestadoras de servicios de la Seguridad Social,
por la pobre cobertura que reciben, a través del Plan Básico de Salud y las
miseras pensiones que ofrecen las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP),
y la desesperanza que se anida en las personas al ver que nada de eso tiende a
cambiar para bien, sino para empeorar.
Lo cierto es que la frustración de nuestra gente tiende a
profundizarse más cuando observa que no hay disposición a romper con este círculo
vicioso de la Ley 87-01 que a lo largo de estos 19 años de existencia solo ha
beneficiado a un sector de la sociedad dominicana, desconociendo los anhelos y
aspiraciones de la gran mayoría de dominicanos de contar con un futuro digno y
seguro para la sobreviviencia del mañana, como el que debe garantizar una
verdadera Seguridad Social.
El tiempo inexorablemente comienza a pasarnos factura en
torno a lo que tiene que ver con la vigencia de la actual Ley de Seguridad
Social, y a partir de menos de 8 o 9 años, cuando se inicie la gran demanda de
pensiones por antigüedad en el servicio, es cuando la crisis que hoy padecemos
se hará sentir con mayor profundidad, porque la capacidad de respuestas del
sistema se empeorara produciendo mayores inconformidades y frustraciones en la
población.
Estamos en el momento de tomar las decisiones que más
convengan a la sociedad dominicana y para ello se hace necesario que todos los
sectores del país logren ponerse de acuerdo para producir una real y efectiva
reforma a la Ley 87-01, que garantice el futuro de los afiliados al sistema y
la paz social que tanto anhela la inmensa mayoría de los dominicanos.
No podemos seguir con los pésimos servicios que recibimos los
dominicanos del Plan Básico de Salud, donde ademas del copago que hacemos en
las consultas a los médicos, en muchas ocasiones tenemos que comprar de manera
total las recetas que estos nos indican, porque el seguro no cubre determinados
medicamentos, debido a que no están en su catálogo de servicios o sencillamente
porque el profesional que prescribió el medicamento no está en el listado de galenos
contratados por esa ARS.
Igual dificultad encontramos con las AFP, que pese a que
tienen acumulado un patrimonio que supera los 700 mil millones de pesos, han
venido otorgando pensiones de hasta 3,000 pesos, porque la capacidad
acumulativa de los afiliados a la Seguridad Social es totalmente desigual por
las condiciones salariales que tenemos y
por la deshumanización del Sistema Dominicano de Seguridad Social, que a pesar
de que el gobierno decretó un tope de hasta 8,000.00 pesos para que se
otorgaran pensiones en el país, todavía no han hecho nada para corregir esa
situación.
La pesadilla que vivimos con la Seguridad Social que nos
damos los dominicanos, nos obliga a despertar antes que sea demasiado tarde,
para que no nos veamos en el espejo de países como Chile, Colombia, Grecia,
Francia y otros, que porque no previeron a tiempo las medidas que debieron
tomar para frenar las desigualdades de sus regímenes de Seguridad Social, ahora su paz social se
ha visto amenazada por la furia de sus poblaciones que cansadas de tanto
aguantar explotaron en masas hacia las calles exigiendo mejores condiciones de
vida.
De la única forma que podemos evitar esa advertencia del
futuro y lograr que por el momento no se siga acumulando la impotencia y la ira
que sienten la mayoría de los dominicanos contra el Régimen de Seguridad
Social, es si todos los sectores que conforman el país desisten de sus
ambiciones particulares y ponen al afiliado a la Seguridad Social en el centro
de los beneficios del mismo, para que se produzca la reforma que necesitamos
para despertar de nuestra pesadilla.
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