Un Procurador General Independiente que aplique la Ley y no sucumba ante el chantaje
MI SENTIR
Por Balbueno Medina
La sociedad dominicana ha permanecido pendiente de las
designaciones que ha venido anunciando el presidente electo Luis Abinader, en
medio de la pandemia que vive el país, sobre todo por la importancia que se le
ha dado al nombramiento que recibirá la persona que será señalada como
Procurador General de la República.
Es evidente que las esperanzas de la población dominicana, además
de estar depositadas en manos del nuevo presidente Luis Abinader, también han
sido delegadas en el nuevo o la nueva Procuradora General de la República, dado
el alto nivel de corrupción que una
parte mayoritaria de la sociedad dominicana, sospecha se ha producido en el
Estado dominicano en los últimos años.
Cada vez son más frecuentes los actos de corrupción e impunidad
que los programas de televisión investigativos del país, sacan a relucir de
personas que valiéndose de sus posiciones de poder, cometen en perjuicio del
Estado dominicano, creando de esa manera el deterioro institucional que
padecemos y profundizando el estado de miseria que vive la población dominicana.
El hecho más reciente lo tenemos a través de la develación de
la red mafiosa que, según Nuria Piera, operaba
desde el 2013 en varias instituciones del Estado, el hermano del presidente
Danilo Medina, Alexis Medina Sánchez, quien de una posición de miseria, en ocho
años, pasó a ser un portentoso millonario mediante las manipulaciones de
compras en el Estado para beneficiar a sus propias empresas particulares.
Antes, los dominicanos habíamos sido testigos de las
denuncias de grandes actos de corrupción cometidos en perjuicio del Estado
dominicano, como el de la Odebrecht, cuyo expediente todavía no está completo y
que su vertebración ha sido una vergüenza para el país, lo mismo que los casos
Diandino Peña, Víctor Díaz Rúa, Félix Bautista, los Super Tucanos, el Asfaltado
del Ministerio de Obras Publicas en la gestión de Gonzalo Castillo, la Sun Land
y las sobrevaluaciones de la OISOE, entre otros.
Sean ciertos o verdad, cada uno de los casos que he
mencionado, deben ser objeto de investigación y análisis del o la próxima Procuradora
General Independiente de la República, porque se trata de expedientes que
involucran cientos de miles de millones pesos del Estado que han sido dilapidados de manera vergonzosa
e inmisericorde y que le han costado el endeudamiento que hoy exhibe el país, y
por el cual paga capitales e intereses de manera religiosa a los acreedores.
Algunos de estos casos han sido archivados y engavetados en
la justicia dominicana, sin una justificación valedera, lo que ha provocado la
impotencia de amplios sectores de la sociedad dominicana, que se han quejado
por los altos niveles de impunidad que se han producido en el país, y por lo
cual han acusado a las autoridades de perseguir los pequeños actos de corrupción
y de tapar los grandes escándalos que han afectado la institucionalidad y la economía
de la nación.
La compleja situación por la cual el presidente electo Luis
Abinader, recibirá el Estado dominicano a partir del 16 de agosto, según lo que
hemos expuesto en este artículo, ha sido lo que le ha impedido anunciar la designación
de un o una Procuradora General Independiente al país, y sobre todo porque la
dificultad de encontrar una persona verdaderamente independiente como ha
querido el próximo gobernante de la nación.
Sin embargo, creemos que en nuestro país existen personas que
aunque no sean calificadas de independientes, han demostrado durante su vida
que su comportamiento se corresponde con la verticalidad que se requiere en
estos momentos para poder enfrentar el recto que la justicia que habrá de
sortear en el futuro inmediato, por el gran cumulo de casos no resueltos que tendrá
que abordar y dar respuestas satisfactorias para tranquilidad de la población.
En ese sentido, consideramos que el doctor Emmanuel Esquea Guerrero,
es el dominicano que más bien encarna el
perfil del modelo de Procurador General Independiente que necesita la sociedad
dominicana de estos momentos para poder enfrentar con éxitos el desafío que
tiene la justicia dominicana, porque reúne las condiciones de profesionalidad,
honorabilidad, independencia, probidad y coraje, cuyos atributos ha demostrado
cuando le ha correspondido actuar dentro y fuera de la vida política y social
del país.
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