La prensa internacional resalta hoy que el mundo mide fuerzas entre Rusia y las potencias occidentales
Del exterior
A las atribuciones que Vladimir Putin se ha tomado sobre territorio ucraniano se oponen las potencias occidentales y otros gobiernos de todo el planeta. Pero el mandatario ruso encuentra firme respaldo en naciones con las que por años ha gestado una relación a través de su ayuda política y económica como Cuba, Venezuela y Siria. El conflicto ruso-ucraniano mide el termómetro geopolítico y en medio queda un país azotado por la guerra que se aferra a su soberanía.
Ucrania, la manzana de la discordia que mide el pulso entre Rusia y el mundo occidental.
El avance de las tropas rusas a las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, luego de que Moscú reconociera oficialmente su independencia, ha sentado las bases en el terreno para una de las mayores crisis de seguridad en Europa en los últimos años. Y con ello reaparece la medición de fuerzas entre dos viejos oponentes de la Guerra Fría: Estados Unidos y Rusia, junto a sus respectivos aliados.
Por un lado, Washington y Bruselas lanzan reprimendas contra Moscú al acusarlo de pretender una invasión y violar la soberanía de su vecino país. Por el otro, el Kremlin ha desatado su ira contra las fuerzas occidentales de la OTAN, a las que acusa de ampliar su influencia hacia sus fronteras.
¿Están esta vez Occidente y Rusia dispuestos a frenar por todos los medios que su contraparte expanda su área de dominio? De ello se desprendió en gran parte el desarrollo del conflicto posterior a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ahora las partes involucradas admiten las desventajas de un enfrentamiento armado y pese a los movimientos de tropas, el factor económico surge como el gran centro de la presión.
Las finanzas rusas están ligadas a las economías europea y estadounidense, pero a pesar de las sanciones seguiría teniendo acceso a partes de la economía global, principalmente si China está de su lado, un país que aún no fija una posición concreta, destaca ‘The New York Times’. Venezuela y Cuba, beneficiarios por años de la ayuda económica rusa, son los principales aliados del Kremlin en la región latinoamericana.
Cuba y Venezuela, los aliados de Putin en América
La Habana ha criticado duramente a Washington por imponer "la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación Rusa" y ha pedido una salida diplomática para preservar la paz internacional.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano señaló que el aumento de las amenazas de EE. UU. contra Putin agravó la crisis.
“El Gobierno de Estados Unidos ha estado amenazando a Rusia durante semanas y manipulando a la comunidad internacional sobre los peligros de una 'inminente invasión masiva' de Ucrania (...) Ha suministrado armas y tecnología militar, desplegó tropas en varios países de la región, aplicó sanciones unilaterales e injustas y amenazó con otras represalias”, destacó.
La declaración de la Administración de Miguel Díaz-Canel se produjo pocas horas después de que Rusia acordó posponer, hasta 2027 los pagos de la deuda que Cuba sostiene con ese país. Además, la semana pasada ambos gobiernos anunciaron que profundizarán los lazos y explorarán la colaboración en transporte, energía, industria y banca.
Cuba ha sido durante décadas cercano a Rusia y antes a la desaparecida Unión Soviética, con estrechos vínculos financieros de los que aún se beneficia. Paralelamente, la isla fija su postura contra su vecino país y viejo contendor, que desde hace cerca de 60 años ejerce un estricto bloqueo económico contra la isla. El exmandatario Donald Trump reimpuso algunas de las flexibilizaciones que dejó al respecto el Gobierno de Barack Obama.
Entretanto, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ratificó “todo el respaldo” al Kremlin y acusó tanto a la Administración de Joe Biden como a la OTAN de tener intenciones de "destruir" a Rusia por la vía militar.
"Hemos estado observando atentos los acontecimientos en Ucrania, observando no desde ahora, la evolución del proceso donde el imperio norteamericano y la OTAN pretenden por la vía militar acabar con Rusia, detener a Rusia y acabar con este mundo multipolar que ya es una realidad", afirmó Maduro.
Para 2019, el Gobierno venezolano ya sostenía una deuda superior a los 3.000 millones de dólares con Rusia, que se ha comprometido a saldar antes de que termine esta década, mientras la asistencia petrolera, militar y científica de Moscú sigue aumentando en ese país.
Actualmente, Moscú tiene bases económicas, políticas y militares en Cuba, Nicaragua y Venezuela, algo que fue impensable durante la Guerra Fría.
Colombia se alinea a favor de las sanciones contra Moscú
A diferencia de su vecino país, el Gobierno colombiano sigue siendo uno de los mayores aliados de Estados Unidos en la región y su presidente Iván Duque se ha mostrado a favor de las sanciones contra el Kremlin.
Aunque Colombia no forma parte de la OTAN, Duque resaltó la semana pasada, durante una reunión con el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, que su país es el único socio de la alianza militar en la región y que esta habría influido en mejores prácticas de su Ejército y la defensa de los derechos humanos.
“Todos los países del mundo pueden ser libres para ejercer su soberanía y decidir si quieren unirse a la OTAN de manera libre, también deberían decidir de manera libre de qué manera quieren volverse miembro de la OTAN y que puedan participar. Ninguna nación pueda hacer presión sobre otro país para que no cumpla sobre su derecho soberano de unirse a la OTAN”, afirmó Duque en una clara oposición a las demandas del Kremlin, que a cambio de rebajar las tensiones pide garantías de que Ucrania nunca se una a la alianza político-militar de Occidente.
China, sin una estrategia contundente pero cada vez más cerca a Putin
Entretanto, el Gobierno chino ha mostrado una posición con la que intenta neutralizar la balanza, sin perder de vista sus propios intereses.
Beijing condenó la imposición de sanciones contra Moscú, al acusar a Washington de mostrar un “doble rasero” a la hora de defender la soberanía de los Estados.
La portavoz del Ministerio de Defensa chino, Hua Chunying, calificó los castigos impuestos por Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea como "sanciones ilegales" y afirmó que esta "nunca ha sido la mejor manera de resolver los problemas".
No obstante, China también ha mantenido su política de defender la soberanía de los Estados, incluido Ucrania.
El pasado 22 de febrero, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, aseguró que "la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser respetadas y salvaguardadas".
Beijing no se ha alineado de forma radical a ninguna de las dos partes, mientras navega en una posición compleja. Simultáneamente y en medio de la hostilidad compartida entre Rusia y China hacia Estados Unidos y Europa, Putin y Xi Jinping han mostrado un acercamiento después de décadas de desconfianza.
Putin fue de hecho el invitado de más alto nivel en asistir a los pasados Juegos Olímpicos de Invierno, luego de que la mayoría de potencias lanzaran un boicot diplomático contra el Gobierno chino por las denuncias de violaciones a los derechos humanos.
Tras décadas de desconfianza entre Rusia y China, el líder del Kremlin, Vladimir Putin, y Xi Jinping estrechan lazos contra Occidente, en medio de las tensiones por Ucrania, y aprovechan para discutir intereses comunes sobre seguridad.
Tras las fuertes discordancias con Estados Unidos, una vez se firmó el Acuerdo Aukus, públicamente se ha alineado en las últimas semanas al Kremlin con el que trata de equilibrar lazos.
El pasado diciembre, ambos países se comprometieron a reforzar sus lazos en materia de seguridad. El pasado 19 de febrero, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, acusó a Moscú y Beijing de pretender “alterar el orden internacional”.
“Rusia y China buscan una ‘nueva era’ cuando lo que quieren en realidad es sustituir el Estado de derecho por el estado de los más fuertes, la autodeterminación por la intimidación y la cooperación por la coerción”, sostuvo Von der Leyen tras el comunicado conjunto en el que los dos países declaraban el respaldo mutuo de cara al futuro de las relaciones internacionales.
Aún falta por ver los efectos de las sanciones económicas contra Moscú. Por ahora se mantiene como la economía número 11 del mundo y mantiene bajo la manga la gran dependencia de Europa por el gas ruso. Una situación que amenaza con elevar aún más los precios de la energía en el continente.
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