VENDABAL DE ACUSACIONES Y DEMANDAS CONTRA FIGURAS PÚBLICAS INQUIETA EL PAIS
http://www.notamedin.net/2013/11/por-balbueno-medina-lic.html
Por Balbueno Medina
El exiguo presupuesto de la Justicia dominicana podría ser
consumido por las audiencias que se vienen realizando en los tribunales del país,
por las constantes denuncias y demandas
que formulan ciudadanos e instituciones que frecuentemente entienden que sus
derechos les son violados por particulares.
En los últimos años, las demandas por difamación, actos de corrupción
y problemas personales y políticos, se han incrementado considerablemente en
los tribunales de la Republica, convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza
tanto para la administración de justicia como para la sociedad en sentido
general.
Es lamentable que por cualquier quítame esta paja personas o
entidades de la sociedad civil, sin medir consecuencias, acudan cada vez que se
les ocurra a los tribunales del país a someter recursos de
inconstitucionalidad, difamación o por actos de corrupción, que en la mayoría de
ocasiones son desestimados.
Uno de los casos más recientes tuvo que ver con los propios
administradores de Justicia, ya que un grupo de Jueces decidió someter por ante
el Tribunal Contencioso y Administrativo, un recurso de amparo contra el
presupuesto del 2014, por alegada inconstitucionalidad por violación a la ley
del Poder Judicial.
Es alto sabido, que en nuestro país, existen leyes que
comprometen los recursos del presupuesto nacional, pero hasta el momento no habíamos
tenido la experiencia de que ninguna institución o poder del Estado demandara
al Ejecutivo por la violación a esas legislaciones, razón por la cual nos
atrevemos a decir que estamos ante otro precedente que se establece en el
Sistema de Justicia dominicano.
De hecho, hay quienes han planteado la revisión de todas esas
leyes que contemplan asignaciones porcentuales a Poderes e instituciones del
Estado, que de aplicarse efectivamente podrían consumir el 80 por ciento del
presupuesto nacional, lo que ataría de pies y manos al Poder Ejecutivo, porque
no le quedaría recursos para inversiones públicas ni cumplir los compromisos de pago de la deuda pública y el subsidio a la
electricidad.
Imagínese usted qué le sucederá al país
si se cumplieran los reclamos que deberían hacer todas las instituciones que le
exigen al gobierno central el pago de los porcentajes que les son asignados en
el presupuesto nacional? , se crearía un caos en la administración pública y el
Poder Ejecutivo tendría que hacer lo mismo que ha ocurrido en Puerto Rico y
Estados Unidos, que en un momento determinado las autoridades decidieron enviar
los empleados del gobierno a sus casas por la carencia de recursos.
Además, todos sabemos que muchas de esas
leyes, por ejemplo la que le asigna el 10 por ciento del presupuesto nacional a
los Ayuntamientos del país, es una gran fuente de corrupción que el gobierno no
puede ni está en condiciones de cumplir, porque los recursos que esas
instituciones reciben del Estado y los arbitrios que les cobran a sus munícipes,
son mal utilizados por sus ejecutivos, según ha certificado la propia Cámara de
Cuentas de la Republica Dominicana.
De manera, que lo que se impone es que
en el Estado se produzca una revisión lo mas urgentemente posible de estas
leyes y de que el Congreso Nacional, luego que evalué las necesidades e
importancias de cada una de las instituciones favorecidas con las mismas, se
disponga a conocer nuevas legislaciones que le permitan al gobierno cumplir con
los porcentajes asignados en el presupuesto del 2015.
Lo mismo debe hacer el Poder Judicial,
evaluar todo este vendaval de denuncias, acusaciones y demandas sin fundamentos
que han inundado los tribunales de la Republica para que se pueda ahorrar
tiempo y recursos que le permitan a ese Poder del Estado dedicarse a las cosas
y casos que sean productivos y de alto interés para el país.
Hay que de algún modo ponerle fin al
terrorismo judicial que amenaza con terminar con el poco de estabilidad y
tranquilidad que se respira en la sociedad dominicana, desestimando todas esas
denuncias, demandas y acusaciones que lo que buscan es mantener en la palestra pública
a muchos de los que las promueven tanto en la justicia como en los medios de comunicación
social.
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