Las escisiones que sacudieron al PLD

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MI SENTIR
Por Balbueno Medina
Lic. Balbueno Medina
La política no es una actividad fácil y la historia de la mayoría
de los partidos que hemos tenido en el
sistema dominicano han experimentado sacudimientos que le han contado su
existencia a organizaciones emergentes y
tradicionales que en el pasado ocuparon los primeros planos del espectro político
nacional.
Luego de la desaparición del Movimiento de Integración
Dominicana (MIDA), de Augusto Lora, de
la Unión Cívica Nacional, de Viriato Fiallo, que por las divisiones y
contradicciones internas de sus dirigentes, solo el Partido Revolucionario
Dominicano (PRD), pudo sobrevivir a las escisiones que se le presentaron, tras la
marcha del profesor Juan Bosch en 1973, la separación de José Francisco Peña Gómez
y Jacobo Majluta, en el 1990 y la expulsión de Hatuey Decamps en el 2004.
Pese a la contundencia de esos rompimientos el PRD logro en más
de tres ocasiones recomponerse y colocarse como opción de poder hasta lograr junto
a su candidato presidencial Hipólito Mejía, encabezar las encuestas en las
elecciones del 2012, donde perdió las elecciones del candidato presidencial del
PLD, Danilo Medina por un mejor manejo del electorado de entonces.
Sin embargo el partido morado, tampoco ha escapado a las
divisiones internas que han caracterizado el sistema de partidos en la
Republica Dominicana, basado fundamentalmente en la disputa de los liderazgos
internos por incidir en la toma de decisiones determinantes del poder en las
organizaciones partidarias.
El PLD paso por la experiencia de su primera división, luego
del enfrentamiento que se produjo en su interior entre Toñito Abreu, a la sazón
Secretario General y su fundador y líder, profesor Juan Bosch, quienes tuvieron
serias contradicciones por el liderazgo y control de esa organización política.
Al marcharse con un grupo de sus seguidores del partido Morado
con la Estrecha Amarilla, Toñito Abreu, fundo el partido de la Unidad Democrática
(UD), el cual más tarde vendió al exdirigente reformista Fernando Álvarez
Bogaerte, tras su salida en el 1994, para pasar a formar parte del frente
opositor que encabezó el doctor José Francisco Peña Gamones, denominado Acuerdo
de Santo Domingo.
El segundo rompimiento interno que sufrió el PLD, tuvo como
protagonistas a su líder y fundador Bosch, quien por contradicciones de
liderazgo provoco la salida del entonces Secretario General Rafael
Alburquerque, quien más tarde fundo el Partido del Pueblo Dominicano, que
respaldo las aspiraciones presidenciales continuistas del líder reformista Joaquín
Balaguer, quien posteriormente le premio como Secretario de Estado de Trabajo,
durante el gobierno de los últimos 10 años del caudillo de Navarrete.
En medio del distanciamiento de Bosch y Peña Gómez,
recrudecido a raíz de las elecciones del 1990, donde el líder del PLD denuncio
que fue víctima de un fraude colosal por parte del reformismo y su líder Joaquín
Balaguer, el partido Morado cayo en su tercera división, cuando Max Puig, Vicente
Bengoa, Nelsida Marmolejos y Rafael Espinal, renunciaron de esa organización política
y formaron junto a Rafael (Fafa) Taveras, el Movimiento Concertación Democrática,
que respaldo la candidatura presidencial del líder perredeista en las elecciones
del 1994, quien también alego la existencia de irregularidades en el proceso
electoral que favorecieron a Balaguer.
Aun cuando esas divisiones afectaron la cúpula del hoy
partido de gobierno, por tratarse de que quienes en esas ocasiones se
marcharon, dejaron un vacío dirigencial, el PLD continuo creciendo y al poner
cada vez más distancia del PRD, logro cuajar la alianza ( El frente Patriótico
en 1996), que le permitió convertirse en
el primer partido mayoritario del país, al absorber la gran masa de militantes
reformistas que luego de la desaparición física de Joaquín Balaguer, se
sintieron desamparadas y carentes de la protección del líder que durante más de
tres décadas las oriento.
La mayoría de los analistas políticos del país, coinciden en
asegurar que el PLD pudo sobrevivir a esas significativas divisiones gracias al
fuerte liderazgo y a la disciplina que el profesor Juan Bosch, le impregno al
partido y a que el líder y fundador siempre tuvo el buen juicio de atacar con
prontitud las disidencias que veía aflorar entre los dirigentes que aspiraban a
disputarle el control del mismo.
A diferencia de esos momentos que el Partido Morado con la
Estrella Amarilla, vivió en el pasado, hoy el fantasma de la división asoma por
diferencias de criterios políticos y
control del liderazgo entre dos de los discípulos más aventajados del profesor
Juan Bosch, Danilo Medina y Leonel Fernández, quienes representan el 99 por
ciento del sentir del partido de gobierno, por lo que un rompimiento de ambos podría
tener consecuencias nocivas a la existencia de esa formación política y a la
permanencia en el poder, tal y como han aseverado sus propios dirigentes en la
actual coyuntura política que vive ese partido.
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