Mercenarios contaminan los medios y acosan a las instituciones públicas

http://www.notamedin.net/2019/07/mercenarios-contaminan-los-medios-y.html
Redacción
Lo primero es dejar bien claro que pensamos que la ocupación de
comunicar en los medios implica una gran y noble responsabilidad, cuyo valor
social positivo ha quedado evidenciado por demás en los anales de nuestra
historia republicana, y es precisamente por esto que debemos preservar este rol
fundamental que juega en nuestra sociedad la comunicación responsable.
Sin embargo, como en cualquier actividad donde haya humanos, hay
elementos inescrupulosos que lo único que persiguen es el bien propio a toda
costa, sin importar la afectación de los intereses colectivos de la sociedad, y
los medios de comunicación no so lo excepción, y esto es preocupante porque
entonces el mismo enorme poder para hacer el bien de estos medios, puede
orientarse a lo contrario, es decir, a destruir valor social haciendo el mal.
Es bien sabido que en nuestro país opera una especie de híbrido
entre bucanero y mercenario, que andan al asecho de instituciones públicas para
atracarlas a punta de pistola, si, a punta de la pistola del chantaje, creando ruidos
negativos que son potenciados por la actual cultura del morbo, una cultura que aprecia
más lo viral que la búsqueda de la verdad objetiva, estos comunicadores
“carabelita”, que no son comunicadores en realidad, son como los denominados “pica-pica”,
pero unos “pica-pica” compulsivos y armados con el chantaje para obtener lo
suyo a cualquier precio.
Estos mercenarios de la comunicación apuestan a las debilidades de
esta sociedad líquida, superflua, en esta era de la posverdad con esteroides,
donde repetir una mentira muchas veces no solo se convierte en “verdad”, sino
que también le genera renta a quien dirige la trama.
Malcom X decía "Si no tienes cuidado con los medios de
comunicación, te harán odiar al oprimido y amar al opresor…", y no se
equivocaba, aunque debemos decir también que hay muchísima gente bien
intencionada en la comunicación, pero definitivamente tampoco podemos esconder
que hay algunos muy mal intencionados que no debería permitírseles practicar la
noble profesión de comunicar.
Los antivalores están permeando de manera transversal a todos los
sectores de la sociedad, sea en el ámbito político o el sector privado, en la
religión o en la sociedad civil, vemos con preocupación como se pretende
institucionalizar la maldad, y justamente por esa razón es que necesitamos más
responsabilidad en el periodismo y la comunicación, porque los medios tienen el
poder de revertir esta ola de antivalores que crece como un virus mortal
carcomiendo el alma de la Patria.
Identifiquemos esos mercenarios de la comunicación, cerrémosles
las puertas, denunciémoslos, hagámosles entender que Facundo Cabral tenía toda
la razón cuando afirmaba que "Si
los malos supieran que buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por
negocio".
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