La vocación de poder del presidente Abinader

 

MI SENTIR

Por Balbueno Medina

El presidente Luis Abinader, ha dado fehacientes demostraciones de la alta vocación de poder que posee, y por esa razón ha producido una serie de movimientos a lo interno del Partido Revolucionario Moderno, que muchos sectores no entienden pero que van en la dirección de garantizar la reelección presidencial y el triunfo electoral en la mayoría de las demarcaciones del país.

La gran alianza que encabeza el PRM con otros 21 partidos políticos y decenas de movimientos a nivel nacional, representa la más amplia coalición política que se ha formado en la República Dominicana, pero a la vez, significa un gran sacrificio para el gobierno y esa organización política que ha tenido que desprenderse de varias posiciones electivas a nivel Congresual y Municipal para lograr los objetivos trazados.

El presidente Abinader, consciente de ese sacrificio, pero decidido a dar un duro y solo golpe a la oposición política, ha querido garantizar un triunfo sin arrugas que le garantice ejercer una gestión gubernamental como se propuso ejecutar en el presente cuatreño, ya que la mayor parte del tiempo lo ha dedicado a resolver problemas ocasionados por la naturaleza y el entorno geopolítico global.

Pese a todo eso, Abinader, luce fortalecido porque ha podido sortear con éxitos la mayoría de las catástrofes que les ha correspondido enfrentar, y por esa razón la confianza y la credibilidad que mantiene por encima de sus competidores de cara a la contienda de este año, le han permitido la fortaleza para decidir su destino dentro y fuera del Partido Revolucionario Moderno.

En ese sentido, Abinader, ha apoyado y promovido alianzas políticas, conquistado a figuras de la oposición y con su forma no sectaria de gobernar le ha agenciado el favor político al PRM para que se haya convertido en la principal fuerza política de la nación en medio de la presente gestión gubernamental.

Pero si todo eso que ha posibilitado el presidente para que su partido prosperara electoralmente hablando ha sido bueno, lo que a todas luces le ha permitido conectar con la sociedad dominicana y recibir una reacción positiva a su discurso, ha sido su forma de gobernar llana y cercana lo que se ha traducido al estimo de gobierno más humano que hasta el momento haya conocido el país.

No podemos obviar de que muchas de las medidas y estrategias empleadas por el PRM y respaldadas por el presidente Abinader, en su momento crearon serios malestares a lo interno de esa Organización Política hasta el punto de que algunos de los que no las concebían decidieron marcharse o postularse por otras organizaciones políticas, pero la gran mayoría de los disgustados que se quedaron por amor a su partido, hoy han entendido y valorado el sacrificio que se ha hecho para garantizar los triunfos de febrero y mayo del presente año.

El presidente Luis Abinader, con sus estrategias y la correcta aplicación por parte de un conjunto de hombres integrados por Andrés Bautista García, Eddy Olivares, Deligne Ascención, Rafael Santos, Jesús Vásquez Martínez, entre otros, aprendió de las lecciones del pasado y le ha demostrado a la oposición política que no está dispuesto a entregarle el poder por la carencia de pericia política y el compromiso que conlleva evitar que el país vuelva a caer en los niveles desesperantes de impunidad y corrupción que lo caracterizaron durante los últimos años.

Las pericias y destrezas del gobernante también han sido abonadas con el discurso trasnochado y poco creíble de los principales candidatos de la oposición, quienes han querido atribuir a la presente gestión los males que padece el país y la carestía de muchos de los artículos de primera necesidad, ignorando que muchos de los mismos han sido ocasionados por factores externos y que las actuales autoridades han enfrentado con denuedo y valentía, discurso que ha sido juzgado por la inmensa mayoría de la población como demagogia política electoralista por el momento político que vive la nación y que no se corresponde con la realidad de las ejecutorias en la solución de los mismos .

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