AYUNTAMIENTOS O FUENTES DE CORRUPCION

http://www.notamedin.net/2014/10/ayuntamientos-o-fuentes-de-corrupcion.html
Por Balbueno
Medina
Los Ayuntamientos que constituyen el
llamado Poder Municipal, o Cuarto Poder, en la República Dominicana, más que
resolverles problemas a las comunidades, se han convertido en nidos de delincuentes,
los cuales sacan jugosas fortunas en perjuicio del Estado dominicano.
Cada año, para esta época es notorio
observar cómo se despliega una gran campaña por parte de FEDOMU y las alcaldías
del país para que se les asignen más recursos a los Ayuntamientos, sin embrago
estos no han sido capaces de demostrar con sus acciones que son merecedores de
alcanzar el 8 por ciento que les sugiere la ley.
La corrupción que campea en la mayoría
de los cabildos está presente en la estructuración de los presupuestos, en las
nominas de empleados fijos y móviles, en las obras que se programan cada año y
en las ayudas que se otorgan a los compañeros de partido y relacionados al
Alcalde de una determinada demarcación.
A todo ese rosario, de clientelismo,
irregularidades y corrupción, se agrega el ingrediente de que algunos Alcaldes
Municipales han llegado a conseguir esas posiciones mediante la compra de
votos, con recursos provenientes del narcotráfico, lo que compromete mucho más
la independencia y soberanía de esas instituciones.
Encima de todo eso, mantienen a la
mayoría de los munícipes disgustados por la alta deficiencia de los servicios
que ofrecen, razón por la cual estos se
resisten a pagar los arbitrios municipales y sus reclamos son dirigidos hacia las autoridades
nacionales, las cuales tienen mejores mecanismos de respuestas a sus
necesidades.
En la inmensa mayoría de nuestros
Municipios y Juntas Distritales, no se levanta una obra sin que beneficie al Alcalde, a los Concejales o a
algún funcionario de la Administración Municipal y encima de eso es otorgada
grado a grado, en franca violación a la ley de contrataciones y licitaciones
del Estado dominicano.
Todo ese rosario de irregularidades,
clientelismo y corrupción, que se produce en la mayoría de nuestros
Ayuntamientos y Juntas Distritales del país, deben de tener muy apenado, donde
quiera se encuentre al principal Padre de la Patria Dominicana, Juan Pablo
Duarte, quien concibió a ese poder del Estado como el más representativo de las
comunidades de nuestra nación.
Esa idea que dio origen a los Ayuntamientos
y Juntas Distritales de la nación dominicana, ha quedado en el olvido y debe
ser una misión de los buenos políticos y de los hijos serios y sensatos del
pueblo dominicano, ponerle fin al bandidaje que se produce en esas
instituciones, con el objetivo de recobrar su importancia y transparencia para
beneficio de todos los munícipes del país.
Se impone, pués, un rescate definitivo
del llamado poder Municipal, por el que tanto luchó y abogó el patricio Juan
Pablo Duarte, y ese rescate debe provenir directamente de las entrañas de las
instituciones que tienen que ver con la regulación del uso de las finanzas
públicas del Estado dominicano y de la Liga Municipal Dominicana, que obligue a
la mayoría de los Alcaldes y Concejos Municipales de nuestro país a rendir
cuentas claras de todo lo que reciben, tanto del gobierno Central como de lo
que aportan los ciudadanos a través del pago de sus impuestos.
No podemos dejar que nuestros
Ayuntamientos continúen contaminándose, como ha estado ocurriendo hasta ahora,
donde sin lugar a dudas ha penetrado el narcotráfico controlando sus
estructuras, en base a los recursos que ha otorgado a muchos de sus alcaldes, durante las últimas
campañas electorales que ha tenido el país.
Consciente de todo ese desastre que acontece
en la vida Municipal Dominicana, el gobierno central se ha negado a entregar el
10 por ciento que establece la ley para los Ayuntamientos, y entendemos que ese
debe ser un punto de partida para que se produzca un cambio en el accionar
administrativo y operativo de esas instituciones, que las autoridades
condicionen la entrega de esos recursos al establecimiento de reglas claras que
permitan un mejor control del pueblo dominicano al manejo de esas corporaciones
edilicias y que quienes pretendan seguir empañando la imagen de las mismas con
actitudes dolosas sean sometidos a la justicia, sin contemplaciones para que
paguen por el mal que le han hecho al país.
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