LA GÉNESIS DE UNA VISIÓN SOCIAL Y GLOBAL


Por Balbueno Medina

Lic. Balbueno Medina 

En la vida de todo individuo nada es casual y Dios tiene un propósito que manda a  cumplir en este mundo terrenal, por  eso el nuestro no ha sido la excepción y de acuerdo a lo que les explicaré lo podrán observar.
Desde muy temprana edad, me correspondió enfrentar una vida de grandes retos y  desafíos, que  permitieron desarrollar destrezas y aptitudes que en la mayoría de ocasiones mostraban los años que no tenía.
Ese inesperado y virulento cambio se produjo una tarde de abril de 1977, cuando apenas contando con 9 años, recibí la triste y desesperante noticia de la muerte de mi padre Martin Terrero, quien hasta entonces me había conducido con abundancia y rectitud por los caminos de una senda que jamás quise abandonar.
Desde entonces el recuerdo y la honra a mi padre, se convirtieron en mis eternos compañeros y marcaron con tinta indeleble cada acto de mi vida, hasta lograr conquistar las metas que  se trazó con su último retoño a quien llamo Balbueno, por considerarlo  su hijo bueno.
Su partida, la fe y confianza depositada en mí, sirvieron como  bujía inspiradora para que desde pequeño marcara la diferencia en los estudios, en el comportamiento, en las costumbres y las responsabilidades asumidas en cada rol desempeñado.
Esa presión paternal y de carácter puesta sobre mí, hizo forjar la personalidad que brota de mi interior, proyectando en cada persona  que conoce de mis actos la imagen que exterioriza frente a los demás. Por ello lo que hoy exhibo como persona publica es la suma de una serie de compromisos humanos y familiares heredados de mis progenitores que me impulsaron a llevar la cruz acuesta, como hizo Jesucristo, hasta el calvario, consciente de cumplir con la responsabilidad del mandato impuesto por mis padres.
Esa suma de compromisos y propósitos tuvo sus inicios en mi pueblo natal, Cristóbal, cuando aun siendo niño me permitió desarrollar sanas y valiosas relaciones con personas que como yo veían un mundo preñado de grandes retos y oportunidades, a pesar de las limitaciones y los fuertes golpes que nos dios la vida. Entre ellos puedo citar algunos de esos muchachos a los que el destino coíncidiencialmente les quito a sus padres a  temprana edad, pero que a pesar de ello siguieron batallando, estudiando y esforzándose hasta lograr un sueño en la adultez. Me refiero a mis entrañables amigos Alfredito Matos y Johnson Peña, con quienes compartí  los cursos primarios y la desventura de ser huérfanos, pero llenos de un inmenso amor por la superación personal y profesional.
La identidad que nos unió, hizo que se fortalecieran nuestros lasos de amistad y hermandad, a tal punto que cada vez que salíamos de la escuela nos íbamos en las tardes a  tomar cocos y a realizar nuestras tareas en las propiedades que nos dejaron nuestros padres, y de esa manera siempre logramos estar al día y cumplir con el mandato de nuestros profesores. Fue un propósito común que involucro a otros muchachos, que aunque no corrieron la misma suerte que nosotros, tuvimos la dicha de compartir grandes momentos felices de la niñez. Entre esos amigos inolvidables se encontraban Yubert Sena, Hermido Medina, Wilfrido Galán, Rogelia Peña, entre otros, quienes inspirados por la motivación de los estudios y la superación personal lograron crecer y convertirse en buenos cristoberos,  orgullos de nuestro pueblo natal.
En lo que a mi concierne, la vocación por el periodismo tuvo sus orígenes en ese ambiente social en que me desenvolví a tan temprana edad, ya que la lectura de los periódicos era una de las tareas que nos asignaban los profesores para desarrollar una buena lectura. Yo solía esperar que mi primo hermano Martini Medina, trasladara de Barahona a Cristóbal los periódicos del día para establecer una competencia de lectura a modo de Noticiero con el estudiante Francis Peña, lo que me imponía un reto mayor para crecer en esa faceta.
Regularmente figurábamos leer el Noticiero Radio Mil Informando, que era el informativo nacional de mayor impacto en el momento y en ocasiones también hacíamos las veces de proyectar el Noticiero de Radio Enriquillo, que se difundia desde el Municipio de Tamayo para toda la región Suroeste y que en ese momento tenía como voz oficial al Colega Tomas Aquino Méndez, bajo la dirección de Osvaldo Santana y un staff de periodistas, entre los que se encontraban su hermano Lito Santana, Vánelo Perdomo, entre otros,  que hicieron de ese espacio el más escuchado en toda la zona.
Es decir que la segunda mitad de la década del 70 y los primeros años de la década del 80, me permitieron consolidar la formación inicial que mi padre Martin Terrero, me inculco en los primeros años de vida, sobre todo después de incursionar en los movimientos sociales a través de los grupos estudiantiles que existían en las Escuelas y Liceos públicos del país.
El 5 de septiembre de 1983, luego de haber culminado los estudios primarios en la Escuela Rural de Cristóbal, llego a Santo Domingo a continuar los estudios intermedios y con el afán de superación inscribo en la Academia José Reyes, donde aprobé el famoso curso de Mecanografía y Archivo, que para entonces serbia de antesala para optar por un empleo en cualquier oficina y seguir desarrollando los conocimientos y habilidades en el manejo del teclado y los documentos.
Sin proponérmelo, a pocos años, logro por pura coincidencia conseguir un empleo en la Dirección General de Telecomunicaciones (DGT), recomendado por un amigo que conocí accidentalmente llamado Nini Ricardo, hermano de José Ricardo, quien aspiraba a la vicepresidencia de la Republica con Joaquín Balaguer en las elecciones del 1986, desde entonces ingrese a trabajar al Centro Principal que operaba en el viejo Palacio de las Telecomunicaciones, lugar en que funciona hoy día el Centro Cultural de las Telecomunicaciones, luego que esa dependencia del Estado dominicano fuera convertida en el Instituido Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), a raíz de la aprobación de la ley 153-98. Con el respaldo del Banco Mundial que apoyo su transformación.
Durante catorce años de labor ininterrumpida en la DGT, ocupe las funciones de mensajero interno, operador del Despacho de Mensajes y encargado del Departamento de Prensa, funciones que desempeñé durante los estudios en el bachillerato,  en la Universidad y posteriormente en el ejercicio como periodista y articulista de los medios de comunicación.
Los conocimientos y destrezas adquiridas en los entrenamientos de cursos especializados y  el manejo de las funciones que desempeñé en Telecom, permitieron desarrollar las bases de un ejercicio profesional amplio en el que confluyeron las Relaciones Publicas y el ejercicio informativo de manera exponencial.
El desarrollo profesional en ambos campos de la especialidad comunicacional me ha permitido ejercer paralelamente el periodismo en los medios de comunicación audiovisuales, electrónicos y escritos, así como las Relaciones Publicas en los sectores públicos y privado, logrando obtener buenos resultados, algo que se aprecia fehacientemente con la permanencia de los servicios que durante más de 25 años hemos ofrecido a la sociedad dominicana.
De igual manera, el hecho de que haya ocupado las funciones de Dirección de Comunicación de la Administración de Bienes Nacionales(ABN) de la Asociación Nacional de Colegios Privados (ANCEP), de la Asociación de Comerciantes de Villa Consuelo (ASOCOVICON), del Fondo de Pensiones de los Trabajadores de la Construcción (FOPETCONS), de la Dirección de Prensa de Telecom y  como Director de Prensa de CERTV, así como de la provisión de servicios y asesoramientos en Comunicaciones y Relaciones Publicas a través de Balmedi Comunicaciones, de la cual he sido su presidente y fundador, explica por si solo el objetivo del texto que he querido poner en sus manos relativo a nuestra trayectoria profesional.
Esas funciones han sido complementadas con la producción y conducción de los programas Agenda Semanal, que lleva 17 años de transmisión ininterrumpida en la televisión nacional, así  como de Vidas Notables y la trayectoria de más de 20 años de vida reporteril en los canales nacionales Telesistema 11, Carivision 27, canal 4, Telecentro 13, entre otros medios de comunicación radiales y escritos, en los que también he desarrollado la labor de articulista, como por ejemplo en los  periódicos Dominicanoshoy.com, Elnuevodiario.com.do, la Información, etc., etc., lo que ha reforzado nuestro interés en dar a conocer esta visión que podría servir de inspiración a otras personas que alberguen desentrañar sus sueños de cara al país y al mundo.
Esas experiencias vividas y las enseñanzas de  mis padres Martin Terrero y Anastasia Medina, me ayudaron a desarrollar un gran sentido de la solidaridad y la sensibilidad social  y tomando sus ejemplos fui más allá del fascinante ejercicio de la comunicación y con el propósito de hacer más placentero y completo  el servicio que ofrecemos al  país, decidimos crear  la Fundación Comunicación y Servicios Asistenciales  (FUNCOMYSA), con el objetivo de desarrollar una labor social y humana a favor de las personas que verdaderamente lo necesitan tal y como ellos lo hicieron en vida.

Porque como dijo: el presidente Estadounidense Abraham Lincoln; “El que no vive para Servir, tampoco Sirve para Vivir”.  De esta manera cumplo con poner en sus manos  “Huellas de una Trayectoria Periodística”, haciendo un recorrido por las cosas en que creo, pienso y defiendo. Mi opinión.

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