En defensa de las ONGs que trabajan y la justa aplicación de la Ley 122-05

Editorial

Todos los años, en ocasión del gobierno presentar al  Congreso Nacional el Presupuesto General de la Nación, se levantan algunas opiniones de representantes de medios de comunicación y de sectores interesados, en contra del trabajo que realizan las Organizaciones Sin Fines de Lucro a favor de los sectores menos pudientes del país.

Lo cierto es que estos sectores basan sus críticas contra las ONGs, al observar que el gobierno invierte en ese sector algo más de mil 500 millones de pesos del Estado Dominicano, pero desconocen el trabajo que realizan esas instituciones a favor de los pobres del país.

Además, los que cuestionan el trabajo de las Organizaciones Sin Fines de Lucro, desconocen que instituciones como la Clínica Cruz Jiminian, la Asociación Nacional de Rehabilitación, Casa Abierta, Copadeba, Profamilia y las que manejan otros sectores del poder político y factico del país, manejan más del 70 por ciento de ese presupuesto que es asignado por el Estado a la Sociedad Civil.

Es bueno que también sepan esos sectores que de las 3 mil 500 instituciones que reciben asignaciones del Estado, más de 2 mil 800 reciben en promedio de 200 mil a 3 millones de pesos cada una por año y que el resto maneja la mayor cantidad de recursos.

Eso significa que la mayoría de las ONGs de base, las pequeñas instituciones que laboran en nuestros campos, barrios y municipios, son las que menos recursos del Estado reciben para hacer frente a las demandas de la población más carenciada del país, y por esa razón consideramos injustas las críticas que cada año se vierten desde algunos medios de comunicación contra este segmento de la Sociedad Civil.

Deberían los críticos valorar los esfuerzos que realizan las instituciones pequeñas a favor de los pobres de nuestros barrios y comunicados, donde parte de los programas que se ejecutan son costeados con los recursos de quienes han asumido la responsabilidad de mantener estas Organizaciones, como es el caso de Funcomysa, que nunca se ha detenido en su trabajo a favor de los pobres.

Es precisamente en respuesta a los detractores de las ONGs que hemos mantenido este órgano de información en el que divulgamos todo lo que hacemos para que conste en el tiempo que Funcomysa, no es una institución fantasma y que hace honor al derecho que le ha conferido el Estado dominicano al concederle el reconocimiento como Organización Sin Fines de Lucro.

Saludamos la iniciativa que ha tenido la Directora del Centro Nacional de Fomento de las Asociaciones Sin Fines de Lucro, licenciada Celeste Silie y el subdirector de esa institución licenciado Fidias Mejía, de reconocer justamente la labor que realiza cada ONGs con la aplicación efectiva de las herramientas que ha puesto la Ley 122-05 en sus manos.

Ellos se han encargado de poner un bozal a los detractores de las ONGs del país, porque han logrado sacar del Presupuesto Nacional a todas aquellas entidades fantasmas que servían de caldo de cultivo para que se desacredite el trabajo serio que realizan la mayoría de las Organizaciones Sin Fines de Lucro del país. Los felicitamos por esa buena acción y ojala que en lo adelante también logren nivelar los presupuestos asignados en base a los aportes y al buen desempeño  de las instituciones pequeñas.