EL SUR, MONTE GRANDE Y EL TURISMO

Por Balbueno Medina


En múltiples ocasiones, he tenido que referirme a la grave y dolorosa situación por la que a traviesa la región Sur del País, la cual tiene cifradas sus esperanzas en el desarrollo de su potencial turístico y en la construcción de la Presa de Monte grande para poder avanzar hacia el verdadero progreso.

De Igual manera, han sido múltiples las esperanzas que se les han abierto a los habitantes de esa empobrecida zona del territorio nacional, cada vez que les han anunciado el inicio de grandes inversiones en el levantamiento de infraestructuras turísticas y la añorada construcción de la Presa de Monte Grande.

Sin embargo, las frustraciones de los moradores de la región Sur, cada vez se hacen más evidentes, cuando definitivamente observan que pasan los años, sin que ninguno de esos proyectos avancen hacia la cristalización de sus objetivos.

Por cierto, en lo que concierne al sector turístico, desde la gestión de Rafael Subvervi Bonilla, pasando por la de Felucho Jiménez y deteniéndonos en la actual de Francisco Javier García, se han anunciado con bombos y platillos las construcciones de grandes y ambiciosos proyectos turísticos en Bahía de las Águilas y otras zonas de singular atractivo turístico de la región y todo eso solo ha quedado en simples enunciados.

Con respecto a la añorada Presa de Monte Grande, la cual no solamente permitirá mejorar las condiciones de productividad de los agricultores de esa demarcación, sino impedir que en tiempos como estos la mayoría de las poblaciones que se encuentran debajo del rio Yaque del Sur y el Canal Trujillo, sean barridas por la crecida de sus causes, también se ha quedado en promesas.

Todo luce indicar que alguna mano poderosa o sectores interesados en mantener bajo la extrema miseria a los pobladores de la región Sur del País, se han dedicado a torpedear el desarrollo de su gran potencial, por lo que se impone que ahora más que nunca los que se consideren buenos y legítimos hijos de esa empobrecida zona, salgan al frente para defender lo que legítimamente les pertenece para poder progresar.

Esos hombres y mujeres que todavía les duele su patria chica, deben aprovechar la coyuntarua en que a partir del 16 de agosto se juramentaran las nuevas autoridades Congresuales y Municipales para comenzar un proceso de presión que obligue a sus representantes a tomar decisiones firmes e inequívocas dirigidas a lograr que esas promesas se hagan realidad.
Lo mismo deben hacer con las autoridades locales, en cada una de las provincias y municipios de la región, donde quizás en complicidad con los enemigos del desarrollo de esa demarcación, han puesto obstáculos a la construcción de importantes proyectos de desarrollo turístico como ha ocurrido en Pedernales y otras localidades que bordean la costa que une a esa provincia con Barahona.

Por la falta del levantamiento de la Presa de Monte Grande y el desarrollo del Cuarto Polo Turístico Nacional, declarado durante la década del 90 por el presidente Joaquín Balaguer, es que hoy día el presente y el futuro de los habitantes de la región Sur del País, se ve más amenazado que nunca, debido a que corren el riesgo de ser barridos por las crecidas de sus rios y lagunas, por la gran cantidad de lluvias que se han producido en todo el territorio nacional y la imposibilidad de que se desarrolle su variado atractivo turístico local.

Por esa razón, los habitantes de comunidades como Jaquimeyes, Palo Alto, Vicente Noble, Tamayo, Cabral, la Lista, Mella, Cristóbal, el Cachon, Mena, entre otras que viven en permanente peligro por su cercanía con los rios y lagunas de la región han emigrado masivamente a las grandes ciudades del país, por la desesperanza que sienten ante el futuro negro que ven venir a esa demarcación si las autoridades no cumplen con sus viejas promesas.

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