EL DRAMA HAITIANO DE TODOS LOS AÑOS.
http://www.notamedin.net/2013/01/el-drama-haitiano-de-todos-los-anos.html
Por Balbueno Medina
La falta de una política migratoria que le permita al país adoptar medidas que le impidan enfrentar cada año el drama que se produce en
la frontera dominico-haitiana, con el retorno de cientos de nacionales haitianos,
ha sido la causa principal por la cual se produce el caos que se vive en los
actuales momentos en esa zona limítrofe.
Llegará un momento en que esa situación, que es habitual cada
fin de año en la frontera con Haití, se desbordará de tal manera que no
solamente afectará las relaciones de ambos países, sino que perjudicará
grandemente a la República Dominicana, porque ya hay quienes han pretendido
explotar el sentimiento humano de ese drama para culpar a nuestra nación de la
desgracia que le pueda ocurrir a esos nacionales haitianos.
El Estado dominicano tiene que definir su política migratoria,
no solamente de cara al gran problema haitiano, sino con los emigrantes de
otras nacionalidades, porque la fragilidad y la inobservancia de nuestras
legislaciones migratorias, han convertido a la República Dominicana en un paraíso
para que los delincuentes se vengan a esconder de las autoridades de otras
naciones en los campos y ciudades del interior del país, sin que les ocurra
nada.
No han sido, uno ni dos, los nacionales de los continentes europeo,
Asiático y del propio americano, que huyendo de las autoridades de sus
respectivos países han sido capturados en territorio dominicano residiendo por décadas y realizando
actividades normales, sin que las autoridades dominicanas tengan un control mínimo
de lo que hacen y de que dependen en nuestro país.
Para enfrentar esa situación, como lo hacen todos los Estados
organizados y que tienen definidas sus políticas migratorias respecto a las demás
naciones con las que tienen relaciones diplomáticas y comerciales, nuestra República
Dominicana debe comenzar por realizar un Censo Nacional que identifique la
cantidad de extranjeros que residen en el territorio nacional y posteriormente
clasificarlos por nacionalidades para trazar las políticas migratorias que necesitaría
aplicar el gobierno en los años por
venir.
No es posible que en pleno siglo 21 nuestro país, no sepa
exactamente cuántos nacionales haitianos tienen residiendo en su territorio
nacional, ni cuantos tienen visas temporales o contratos de trabajo de manera
temporal o permanente, situación que hace vulnerable la posición de nuestro país
ante los organismos internacionales y las naciones que han decidido organizar
sus territorios para salvaguardarlos del crimen y la delincuencia
internacional.
A pesar de esa falta gubernamental, no toda la
responsabilidad se la debemos atribuir al Estado dominicano, sino también a
otros sectores de la vida nacional que como una parte del sector empleador se
ha convertido en una retranca para que las políticas migratorias se apliquen en
el territorio nacional.
Para evitar que ese drama humano, y por demás vergonzante,
que se produce con el regreso de esos cientos de haitianos que cada año visitan
sus familiares en Haití para pasarse las festividades navideñas, se continúe
produciendo y llegue a convertirse en un conflicto social de imprevisibles
consecuencias para las dos naciones, es necesario que el gobierno y los
empresarios se pongan de acuerdo y se decidan a impulsar una política migratoria
que ponga fin a ese tipo de prácticas que lo único que hacen es poner en
entredicho la seguridad jurídica de la República Dominicana.
Es oportuno que dado las condiciones que se han presentado en
la frontera Dominico-haitiana, en estos momentos se le ponga fin a esa
situación para evitar que se vuelva a repetir al final del año 2013,
regularizando a todos aquellos nacionales haitianos que reúnan los requisitos
para ser admitidos en el territorio nacional y los que no, sean devueltos a su país
para que lleven a cabo sus actividades cotidianas junto a sus seres queridos
como debe ser.
Solo unidos el gobierno y el empresariado, podrán evitar que
la República Dominicana, siga siendo uno de los países mas desorganizados en
materia migratoria y que pueda correr el riesgo de seguir siendo cuestionado y
castigado por carecer de una política eficiente y coherente, por la incapacidad
de ambos sectores de ponerse de acuerdo
para proteger el territorio que les pertenece adoptando los controles que
garanticen la permanencia de los extranjeros que necesita el país.
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