Ahora sí, ha llegado la hora del Sur ¡
MI SENTIR
Por Balbueno Medina
Ha sido visto con buenos ojos por la colectividad nacional,
el inicio de las construcciones de obras de
infraestructura que el presidente Luis Abinader, produjo la semana
pasada en la provincia de Pedernales y los anuncios que hizo desde ese lugar
para desarrollar el turismo del suroeste del país.
Habitualmente se ha estado hablando de las potencialidades
que en materia turística representa la provincia de Pedernales, por lo
exuberante que es Bahía de las Águilas, pero la gente ha perdido de vista que
esa es una parte de la diversidad de la oferta turística con que cuenta el
suroeste del país, de cara a quienes buscan un atractivo turístico global y
sostenible.
Podríamos decir que los tantos amagos que se han hecho por
desarrollar el polo turístico de la región suroeste de nuestra República
Dominicana, no ha sido casualidad y pese a los compromisos que han hecho los
diferentes gobiernos que hemos tenido,
desde los últimos diez años de Joaquín Balaguer a la fecha, han sido
fallidos por múltiples factores a los que la racionalidad de las personas no
les encuentra razones justificables.
Entre los argumentos que se han esgrimido para impedir que se
desarrollara el atractivo turístico de la denominada región Enriquillo se
encuentran: el problema legal de los terrenos de Bahía de las Águilas, la oposición
de ciertos grupos empresariales del sector turístico que han desarrollado otros
destinos nacionales y la demagogia política a la que han jugado los presidentes
que hemos tenido con los habitantes de esa empobrecida región de nuestro país.
Sea por temor, demagogia o nulos legales, que se haya
detenido el tan prometido y cacareado desarrollo del turismo en la región Suroeste
del país, desde la semana pasada hemos asistido a la más contundente realidad
que ha vivido la zona, al presidente de la Republica haber dado el primer
picazo para que se ejecuten las obras de infraestructura que se requieren para
que comiencen a instalarse en el lugar los hoteles que darán vida a ese destino
del turismo alternativo de la nación.
Es cierto que hemos vivido momentos en los que a todos los que nos duele el Sur, sentimos la
esperanza de que el desarrollo del turismo ha estado a las puertas del comienzo,
como por ejemplo cuando el presidente Balaguer, inauguró el Aeropuerto María Montés
en Barahona y también cuando el ex presidente Danilo Medina, se trasladó a la
zona acompañado del exministro de Turismo Francisco Javier García y un grupo de
empresarios que prometieron invertir en el turismo local, pero esas esperanzas
han sido frustradas gobiernos tras gobiernos.
Hoy las condiciones que se han expuesto como fundamento para
desarrollar el turismo de la región Enriquillo, son diferentes a las que se vendían
en los gobiernos anteriores, donde solo se dependía de la inversión de los
empresarios que quisieran invertir en la zona, no del compromiso que el gobierno
como responsable del Estado debería asumir frente al proyecto propiamente
dicho.
El presidente Abinader, no solo ha demostrado con sus
ejecutorias que desea crear las bases de la infraestructura del turismo del suroeste,
sino que ha tratado de garantizar los medios para que las grandes cadenas turísticas
mundiales se instalen en el lugar, mediante el financiamiento seguro a través de
la Alianza Público-Privada y la aplicación de un Plan de Desarrollo Municipal
para Pedernales que asegure las condiciones de inocuidad, urbanismo y organización
institucional, que potencialicen el crecimiento del principal atractivo turístico
de la zona.
Sabemos que el desafío en que se ha metido el presidente
Abinader, es muy grande y que a lo mejor ha estado recibiendo algún tipo de presión
o chantaje, como le ocurrió a sus antecesores, para que desistiera en continuar
un proyecto que le ha costado tanto a los presidentes de la República, pero él
como conocedor del turístico nacional
está consciente que el futuro de ese sector dependerá fundamentalmente de esa
nueva oferta que tiene el país para nuestros visitantes.
De cristalizarse esas aspiraciones del primer mandatario,
Abinader, no solamente habrá de dejar muy mal parados a todos los presidentes
que incumplieron sus promesas frente a la sociedad, sino que definitivamente se
habría de erigir como el padre del desarrollo turístico de la región Suroeste
del país, por haber tenido el coraje y los planes concretos de su despegue
definitivo en más de 35 años de promesas incumplidas.
Es de esperarse que todo lo anunciado la semana pasada desde
Pedernales, comience a sentirse en toda la región Sur del país, porque solo de
esa manera podremos ver que las esperanzas de los habitantes de la zona sean
satisfechas, porque como han recibido tantas frustraciones por los diversos
anuncios que se han hecho, de esa manera darán crédito a lo que han estado
esperando por mucho tiempo y que todos han llamado la hora del Sur.
Se trata de un turismo competitivo, capaz de brindar el más
variado destino que pudiéramos tener en la República Dominicana y la región del
Caribe, fundamentado en la variedad de su clima, la belleza de sus playas, sus
bellos paisajes, la riqueza histórica y sus exóticas montañas, que hacen de la región
Enriquillo, conformada por las provincias Pedernales, Barahona, Bahoruco e
Independencia, como la gran reserva turístico científica más grande de nuestro país
y de América Latina.
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