El PP vuelve a ganar las elecciones en España, luego del tranque que impidió crear un gobierno de la oposición

De los servicios de Notamedin.net 



El PP ha vuelto a ganar las elecciones generales y hasta supera sus resultados de diciembre, pero se mantiene las dudas sobre la formación de Gobierno, en un panorama político que sigue siendo de alta incertidumbre para poder superar el bloqueo.
Según los primeros datos del escrutinio, no hay cambios sustanciales en el electorado, porque el PSOE ha logrado resistir y la unión entre Podemos e Izquierda Unida (IU) no ha conseguido el ansiado sorpasso, es decir, no ha superado en escaños ni en votos a los socialistas. La suma de Podemos e IU superó en votos al PSOE en las elecciones de diciembre, pero ahora ni siquiera eso, su coalición ha fracasado. Para lograr Gobierno, el escenario es muy similar al que salió de las elecciones de diciembre, con la única excepción de la subida de la candidatura que encabeza Mariano Rajoy y el descenso de Ciudadanos, penalizado por la polarización.
Mariano Rajoy ha ganado sus terceras elecciones y hasta ha mejorado los resultados de diciembre. Ganó una por mayoría absoluta y ahora dos seguidas lejos de los 176 escaños de la mayoría absoluta. Supera la línea del 31,98% de los votos y llega a los 136 escaños, según los datos con el 90% de los votos escrutados. A Rajoy le ha fortalecido la incertidumbre.
No le bastará con los escaños de Ciudadanos, aunque ahora sumen más entre los dos, y solo podría gobernar con el difícil acuerdo del PSOE. Queda la duda de qué ocurrirá si la condición del acuerdo es que Rajoy de un paso a un lado, algo difícil de prever teniendo en cuenta el ascenso en votos de su partido con respecto a diciembre. ¿Quién le hace irse si en estas circunstancias mejora resultado?
Los socialistas han resistido. La gran noticia de la noche electoral es que la candidatura de Pedro Sánchez no se ha hundido, ha resistido el empuje de Podemos más Izquierda Unida y, contra todo pronóstico y desmintiendo los sondeos a pie de urna, sigue siendo el segundo partido con cuatro escaños menos, pero con mejor porcentaje de votos que en diciembre.
Pedro Sánchez tenía trazada la línea entre el éxito y el fracaso en evitar el sorpasso y ha superado la reválida. Su futuro político pendía de un hilo y ha superado la difícil prueba, según el recuento provisional.
Por contra, Pablo Iglesias no ha superado la línea del éxito y su suma con IU no da ni de lejos la adición aritmética de los votos de ambos en las elecciones de diciembre. No puede encabezar las negociaciones para formar Gobierno y solo puede aspirar a volver a postularse como vicepresidente de un Ejecutivo de coalición con el PSOE. Y eso para Podemos es un fracaso después de su acuerdo con IU.
La unión entre Podemos e Izquierda Unida no ha roto el tablero político. Ya en diciembre, la suma de Podemos e IU estaba por encima del PSOE en votos, pero ahora la coalición no aprovecha de la ley electoral y no traduce sus papeletas en escaños. Con el 91% escrutado, solo logra 71 escaños, dos más que en diciembre y lejos del sorpaso
Tras las elecciones generales del 20-D y el bloqueo en las negociaciones para formar Gobierno, la repetición de los comicios mantiene las dudas y no consolida el fin del bipartidismo. El Congreso seguirá fragmentado con el PP como partido más votado y con el PSOE y Podemos dividiendo en dos partes el voto de la izquierda. El bipartidismo resiste en las segundas elecciones sin hegemonía de los dos grandes partidos y se mantienen las dudas sobre los pactos para formar Gobierno. Y el PSOE mantiene sus opciones de liderar un Ejecutivo: ahora es llave a derecha e izquierda, sin dudas sobre su liderazgo futuro.
Rajoy e Iglesias pedirán al PSOE que desde este mismo lunes se siente a negociar un futuro Gobierno. El primero como presidente y el segundo como apoyo, sin que de nuevo sea posible el pacto de izquierdas y sin soberanistas.
Ciudadanos es el único que cae con 8 escaños menos, y queda con poder muy reducido porque sus escaños ya no sirven para determinar por sí solo el color del Gobierno. Sus exigencias apuntadas en campaña para que Rajoy deje de ser el candidato del PP a la presidencia del Gobierno pierden toda la fuerza o, al menos, ya no es una condición insuperable para los populares. Sus esfuerzos de pactos de estos meses no solo no han sido premiados, sino que parecen haber sido castigados.

Sánchez llave

El PSOE tiene en su mano mirar a su derecha y dar el Gobierno al PP o dirigir la mirada hacia su izquierda y pactar con el partido de Pablo Iglesias. Cualquiera de las dos opciones tiene contraindicaciones graves para el partido que encabeza Sánchez, en situación algo menos difícil después de las elecciones. El liderazgo de Sánchez no entra en discusión. La decisión es de los socialistas, mientras que el PP tiene claro con quién puede pactar y Podemos no tiene más opción que la de apoyar a los socialistas, a los que no ha parado de lanzar mensajes de mano tendida durante la campaña electoral.
Los dos extremos pugnarán desde ahora por el apoyo del PSOE. Si se lo da al PP, Podemos, en situación más débil, podrá hacer el discurso de la derechización del PSOE y si es al revés, el PP tendrá a mano el de la radicalización del partido que más tiempo ha gobernado en España.
Aparentemente, los votantes han reconocido lo que el líder del PSOE vendió en las elecciones como su principal activo: el intento de llegar a acuerdos con su pacto con Ciudadanos.
Uno de los argumentos de los socialistas, el de la imposibilidad aritmética de Gobierno de izquierdas, se mantiene. Los escaños de los independentistas y soberanistas pueden ser necesarios, pero en menor medida, porque la suma de PSOE y Podemos no llega a los 176 escaños. El efecto del acuerdo con IU no se traduce en ese avance de la izquierda en el Congreso.
Las segundas elecciones en seis meses han aclarado otra opción, porque ya no es posible la vía que intentó Sánchez tras las elecciones de diciembre: la de PSOE con Ciudadanos, a la espera de una abstención del PP o de Podemos. La suma entre el partido de Sánchez y el de Albert Rivera ya no superará el número de escaños del PP y, por tanto, no hay opción a la vía propuesta por Jordi Sevilla: que gobierne el que más escaños tenga.
Aparentemente, la polarización entre PP y Podemos ha perjudicado al partido de Rivera. Ha perdido algunos últimos escaños y, según los avances de datos, el PP ha logrado recuperar votos de electores molestos con su política que le castigaron en diciembre apoyando a Ciudadanos.
La apelación al voto útil le ha funcionado al PP, por encima de escándalos y corrupciones, y como antídoto del miedo a Podemos.
Desde ahora mismo empiezan las negociaciones con el compromiso de todos de intentar evitar las terceras elecciones. En diciembre también utilizaron expresiones como "dejarse la piel" para mostrar su compromiso con el acuerdo.

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