POR LA SOBREVIVENCIA DEL IPPP



Por Balbueno Medina




El reto que en este momento enfrenta el ejercicio periodístico a nivel mundial, con la puesta en marcha de la revolución tecnológica que se expresa a través del uso de las redes sociales, los protocolos y las diversas modalidades de comunicación que ha facilitado el internet, nos obligan necesariamente a los comunicadores dominicanos a prepararnos en todos los órdenes para adecuarnos a esa ola que representa una real amenaza para quienes ignoran esos movimientos o simplemente no terminan por asimilar el cambio.
Esa realidad, que también  repercute en el aspecto social, por lo que implica el hecho de que cada vez son más los periodistas que abandonan las estresantes Salas de Redacción de los  medios tradicionales para motorizar sus propias iniciativas digitales, debe ser tomada en cuenta por el órgano encargado de velar por la Seguridad Social del periodista Dominicano, El Instituto de Previsión y Protección Social del Periodista (IPPP).
De igual manera el IPPP, debe tomar en cuenta que una parte importante de los medios de comunicación de la República Dominicana, exceptuando algunos periódicos tradicionales, han tomado como política reducir sustancialmente la contratación de periodistas experimentados por razones de edad y económicas, por lo que eso también representa un impacto social para la clase que debe ser objeto de análisis con el propósito de buscarle una respuesta acorde a la realidad que viven los periodistas hoy día.
Si aplicamos la lógica a lo que he querido describir como introito de este trabajo que aspiro sea del análisis de nuestros colegas periodistas y de las autoridades del CDP y del IPPP, podremos deducir que hoy más que nunca los comunicadores del país necesitamos de un mejor sistema de protección social que nos garantice seguir viviendo más allá de la perdida de nuestras capacidades productivas.
En todo caso, tenemos el derecho y pudiéramos ambicionar un sistema de protección social como el que tienen los legisladores, los Jueces de la Suprema Corte de Justicia, los funcionarios del Banco Central, los miembros de la Junta Central Electoral, etc, etc, pero lamentablemente las circunstancias solo nos han permitido contar con un IPPP, que mal que bien ha podido sobrevivir en medios de muchas precariedades y que necesita seguir subsistiendo para poder mitigar la creciente demanda de asistencia social que le hacen los periodistas criollos.
Sin embargo, la sobrevivencia del IPPP solo podría ser posible si los periodistas dominicanos nos decidiéramos a respaldarle y  el empresariado de los medios de Comunicación Social entendiera que no es posible que el mismo pueda seguir manteniéndose en medio de la permanente asfixia económica en que se ha manejado desde su creación por la falta de cumplimiento de pago de una gran parte de ellos.
Por eso hoy más que nunca, por el bien de los periodistas, el IPPP y el florecimiento de la prensa nacional, es que se impone  la necesidad de que se produzca una cumbre por el rescate de esa entidad social, que involucre a los principales propietarios de medios de Comunicación Social y a los presidentes del CDP, Olivo de León, del IPPP, Mercedes Castillo y a los asesores en Seguridad Social de que dispongan ambos sectores para que se le busque armónicamente una salida al letargo que mantiene a ese organismo al borde del colapso económico.
En esa cumbre necesariamente deberían abordarse aspectos fundamentales como la acumulación de la enorme deuda que mantienen los medios de comunicación con el IPPP, la posible condonación de parte de esa deuda, el cumplimiento de pagos acordados y el compromiso por parte de ese organismo de llevar a cabo la implementación de programas sociales que beneficien efectivamente a los periodistas dominicanos en sentido general.
De materializarse  esa cumbre, que muy bien debería ser promovida por los directores del Listín Diario, Nuevo Diario, Hoy, Diario Libre y por las televisoras y emisoras de Radio, el director de Prensa de Telemicro y el director General de Radio Cadena Comercial, se estaría dando un gran paso de avance en materia de Seguridad Social a favor de los periodistas del país, porque haría sostenible la existencia del IPPP, en la aplicación de sus programas sociales.
De lo contrario, continuar por el derrotero que lleva en estos momentos correría el riesgo de abortar muchas de las cosas que se han logrado a favor de la clase periodística nacional, debido a que no podría contar con la capacidad económica necesaria para dar respuestas a las futuras demandas sociales del sector, ya que las pensiones que otorga el gobierno en cualquier momento podrían cesar por los múltiples compromisos del Estado con diversos grupos profesionales y laborales de la nación.
En definitiva, en esta etapa de su vida institucional, el IPPP está abocado a consensuar su sostenibilidad con el empresariado de la Comunicación Social, a promover la inclusión de los periodistas en los programas de protección social y a demostrar con propuestas concretas que con los recursos obtenidos será autosuficiente para dar respuestas a las demandas sociales de los comunicadores del país.

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