Que viene para Cuba con la ausencia de Fidel Castro

De los servicios de Notamedin.net 









Unos lloran, otros celebran, pero lo que todo el mundo comparte tras la muerte de Fidel es la incertidumbre. ¿Cómo será el futuro del país y sus relaciones con España y EE.UU.?
“Condenadme, no me importa. La Historia me absolverá”, dijo Fidel Castro en su famoso alegato de 1953 cuando fue arrestado y enviado a prisión por el asalto al cuartel de Moncada, primer chispazo de una revolución que como todo el mundo sabe acabaría triunfando. Entonces, Castro le dio la vuelta al proceso para pasar de abogado de sí mismo (era licenciado en derecho) a acusador del gobierno pseudocolonial de Fulgencio Batista. Han pasado más de 63 años desde aquel famoso discurso en la audiencia cubana que cimentó una de las leyendas políticas más espectaculares del siglo XX (y parte del XXI). Nadie en el mundo, salvo la reina de Inglaterra, ha estado al frente de un Estado durante tanto tiempo.
Fidel Castro ha muerto a los 90 años como anunció su hermano Raúl, presidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba desde 2006, cuando el propio Fidel abandonó la primera línea política debido a sus numerosos problemas de salud. Una mala salud de hierro, porque desde entonces los rumores sobre su fallecimiento han sido constantes. Sin embargo, el líder de Cuba desde una ya lejano 1959 aún ha tenido tiempo de enterrar a su amigo Hugo Chávez y nadie duda que a pesar de su debilidad ha seguido manejando los hilos del poder en la sombra.
A la altura de un ego de dimensiones épicas (Fidel Castro es ese hombre que daba discursos eternos y llegó a estar doce horas seguidas hablando por televisión en uno de sus mensajes a la nación en 1968), el gobierno ha decretado nueve días de luto nacional, un “acto de masas” el próximo lunes, una marcha itinerante con sus cenizas por toda la isla y finalmente la ceremonia de inhumación el 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia.
Tras la histórica visita del presidente Obama a la isla en marzo de este año, cuando se reunió con Raúl pero no con Fidel, esta es la situación de una Cuba que, como esa vieja Habana que se cae a pedazos aunque nunca pierda su legendaria elegancia, pide a gritos cambios y reformas que la saquen de la miseria y el ostracismo internacionales.

El papel de España en la nueva Cuba

La figura de Fidel Castro fue polémica en vida y lo sigue siendo después de su muerte. Por parte de España, expotencia colonial que dominó el país hasta el “desastre” de 1898 cuando la perdió contra los estadounidenses, la reacción oficial ha sido por el momento prudente y respetuosa.
Mis condolencias al gobierno y autoridades cubanas por el fallecimiento del expresidente Fidel Castro, una figura de calado histórico. MR
Pablo Iglesias, líder de Podemos –formación teóricamente más cercana al depuesto líder– sí ha lanzado elogios al mandatario, pero aludiendo también a sus "luces y sombras":


Con sus luces y sombras se va un referente de la dignidad latinoamericana y de la resistencia soberana. Adiós Fidel https://m.youtube.com/watch?v=PJ9gaAMBXPg 
Nuestro país se juega mucho en Cuba no solo por los evidentes lazos históricos, culturales y linguïsticos. Las empresas hoteleras españolas controlan el 90% de los hoteles de cinco estrellas en la isla y el 60% de los de cuatro. El año pasado, más del cien mil españoles fueron a Cuba de vacaciones. Una posición de privilegio que se ve amenazada por el nuevo desembarco estadounidense. En los últimos meses, el gobierno cubano también ha estado intentando atraer a empresas españolas para que inviertan en el sector de las energías renovables.
Tras los célebres enfrentamientos entre Aznar y Fidel Castro a finales de los 90, la política del actual gobierno, en el nuevo marco de apertura iniciado por Obama, ha apostado por un enfoque más pragmático a la espera, entre otras cosas, de la muerte del propio Fidel y del escenario que puede abrirse inmediatamente después.

¿Pero aguantará el régimen comunista?

Como informa el diario Miami Heraldlas calles de la “pequeña Habana” de la ciudad de Florida se han llenado de emigrantes que celebran la muerte del dictador comunista. En la embajada de Cuba en Washington, los cubanos expatriados han organizado un brindis para celebrar su fallecimiento.
Aunque el régimen de los Castro ha suavizado la represión en los últimos años, según Amnistía Internacional solo en septiembre del año pasado, 882 personas fueron detenidas ante la inminente visita del Papa Francisco, durante la que como gesto se amnistió a más de 3.500 presos. Como ha escrito la bloguera Yoani Sánchez, “con Fidel te metían en la cárcel veinte años y ahora te meten a palos en un coche de policía y te hacen la vida imposible”.
En Cuba apenas hay acceso a internet y el que hay está censurado. Los partidos políticos, salvo el comunista claro, están prohibidos y la oposición es reprimida en todos los frentes. La incertidumbre y el miedo son totales como escribe Yoani Sánchez en su twitter, sin duda uno de los mejores medios para tener información de primera mano sobre lo que sucede en Cuba más allá de la propaganda oficialista
 El silencio se extiende, es madrugada, pero el miedo se palpa en el aire. Vienen días complicados…

El papel de Estados Unidos

¿Llenará Donald Trump de hoteles Cuba? La coincidencia desde luego no puede ser más pertinente y en el subsconsciente cubano siempre ha latido la trágica dicotomía sobre si preservar un régimen marcado por la miseria generalizada o convertirse en un protectorado de Estados Unidos.
Obama visitó Cuba y abrió embajada de Estados Unidos en La Habana, pero el bloqueo económico se mantiene aunque desde hace cuatro meses ya hay vuelos directos que conectan La Habana con Estados Unidos y los estadounidenses lo tienen más fácil para viajar a la isla o comerciar con ella. Hace pocas semanas, Obama dio órdenes ejecutivas para que esos pasos fueran irreversibles sin contar con el Congreso.
¿Qué hará Trump? Durante la campaña, el republicano prometió revertir las reformas de Obama y en su equipo ha incluido a un notorio enemigo de los Castro como Mauricio Clever-Carone, activista e impulsor de medidas duras contra el régimen comunista.

Pero la realidad no está tan clara. Por una parte, porque entre lo que dijo Trump que haría en campaña y la realidad comienza a haber un abismo y por la otra porque el magnate destaca por la “real politik”, o como él mismo dice, la misión de Estados Unidos no es arreglar el mundo sino velar por sus intereses y por eso propone cerrar los ojos ante el deterioro democrático en Rusia o aceptar al dictador sirio Bashar al Asad como mal menor para frenar al ISIS.

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